¿Qué significó ser parte de esta experiencia? -me pregunté-. Vienen a mí varios temas que quiero abordar acerca de Censurado Guatemala. En principio, pienso sobre lo que es el desnudo, más allá de la condición erótica que se le puede dar, pienso que es una aceptación del individuo; del ser. La vestimenta puede ser ciertamente una protección contra la intemperie, pero también es la expresión de la función social, de rebeldía, de conformismo, de ostentación de la riqueza y muchos otros ejemplos.
El desnudo puede expresar, a su vez, un lenguaje muy variado: signo de contestación, reclamo comercial, deseo de transgresión, moda, y de una comodidad con nuestros cuerpos. Considero que esto último es vital para desaprender el condicionamiento social que básicamente nos enseña a negar lo que somos como cuerpos. Al final, en el desnudo no le puedes «huir» al cuerpo y eso puede perturbar o puede darte algún sentido de seguridad.
Esas dos condiciones son las que se manifiestan en tu acercamiento a ese cuerpo que «ahí-está» (el tuyo o del otro). La corporalidad y los valores sociales, los comportamientos y las normas, las miradas de los otros individuos y la reflexividad parecen piezas que embonan entre sí. Como menciona Braidotti «el cuerpo viene a ser una interacción de fuerzas sociales y simbólicas sofisticadamente construidas”.






Personalmente, puedo decir que no le temo al desnudo, más bien es una condición que disfruto. El hecho de que alguien más te vea tan vulnerable, sin nada más que piel al descubierto, resulta en un encuentro contigo misma.
Soy bailarina y el cuerpo es la materia prima con la que trabajo. A través de mi cuerpo puedes ver mi contexto social, como un cuerpo simbólico que expresa problemas relacionados con la identidad, con el género y la política. Durante la sesión fotográfica puedo tener una confrontación directa con el espectador como resultado final, expresar libremente mi discurso, sin estar sometida a los tradicionales patrones culturales.
Trabajar con Camilo es impresionante ya que utiliza el cuerpo como una fuente de imagen, narrativa y emociones. Lleva al espectador a romper toda lectura de estereotipos o lectura convencional, mediante la propia narrativa del cuerpo del artista o modelo.
El mundo occidental ha favorecido mucho el lenguaje verbal -hablado y escrito-; contrario a esta experiencia en la que sólo queda el lenguaje de la imagen, junto con la riqueza y complejidad del lenguaje corporal. A los minutos se te olvida que estás desnudo, continúas explorando facetas desconocidas en ti, empieza a surgir tu verdadero ser. Puedo decir que hacer este tipo de sesiones es un acto liberador y de auto-aceptación. Muchas personas me han preguntado ¿Mercedes lo harías de nuevo? Y mi respuesta es sí.





