Veníamos planeando hacer fotos desde hace un año casi, cuando por suerte rara de pandemia se logró coincidir. Yo no conocía a Camilo personalmente, pero de alguna forma se me hacía familiar, por ver sus fotos, y reconocer lo que transmite con ellas.






Nunca había posado totalmente desnuda frente a una cámara, pero la confianza y tranquilidad que sentí frente a él fue reconfortante.
Me encantó sentirme empoderada con mi cuerpo, y sentirme confiada, sin miedos ni tapujos. Estoy muy feliz con los resultados, con lo que yo transmito y el ojo de Camilo para captarlo, la sesión me arregló mil problemas de autoestima y voy a estar siempre agradecida por eso.




