Mi experiencia con el desnudo fue algo íntimo. Lo consideré un reto y toda una guerra conmigo misma. Siempre se me inculcó mucha vergüenza por mi cuerpo, a verlo como algo por lo que debía siempre sentirme mal si se mostraba de más.





Conforme pasó el tiempo, mi alma comenzó a desnudarse, a volverse cada vez más libre. Aprendí a estar desnuda no sólo físicamente, sino que desnuda de ataduras, sin secretos, sin fragmentos. Entendí que debo desnudar el alma, la vida y cada parte de nosotros sin temor a ser rechazados.





Esta revolución debía ser representada de alguna manera, rompiendo con el máximo tabú y sintiéndome cómoda en cada centímetro de mi piel. Fue un proceso de aceptarme y volver al punto más puro de mi esencia.
Trabajar con Camilo fue una experiencia nueva, liberadora y sobre todo cómoda. Me sentí parte de su arte, su proyecto, y plasmar la belleza de las distintas formas y tamaños del cuerpo fue algo único.
Camilo es alguien a quien admiro mucho como persona y como fotógrafo.





la felicito , el cuerpo es una obra de arte, tiene mucha razón, con lo que escribió, es una serie de conflictos pero si al final es arte y el arte se debe admirar , apreciar, excelentes fotografías,excelente modelo, gracias por compartir con nosotros.
Me gustaMe gusta